Fapas. Proyecto Lobo.

PROYECTO LOBO

PERSPECTIVAS.
 
La población de lobos en la Península Ibérica es la más importante de Europa Occidental. La expansión demográfica de los lobos en uno de los núcleos históricos de los lobos es reseñable. Al margen de los núcleos italianos o españoles, el Sur de los Alpes o los Pirineos son respectivamente reconquistados por el lobo. La región de Berlín en Alemania recibe lobos que provienen de Polonia. La diversidad de las situaciones geográficas, la variación de las disponibilidades alimenticias conduce a una recolonización por etapas a partir de zonas ya recolonizadas. De vez en cuando la progresión del lobo puede pasar inadvertida. El conocimiento de las estrategias de explotación de las presas por el lobo y la potencialidad de los territorios, permiten anticipar la recolonización. Esta anticipación nos ofrece los medios para prevenir los riesgos de tensiones que acompañan la vuelta de esta especie.
 
LA PROTECCION DEL LOBO.
 
Después de diez años de intensas campañas llevadas a cabo por las organizaciones no gubernamentales ibéricas en defensa del lobo, han surgido en diferentes partes del territorio ocupado por esta especie, serios conflictos que obligan a una revisión de las estrategias conservacionistas.
 
Ya nadie duda que el lobo es una de las especies amenazadas que ha tenido una mayor capacidad de recuperación poblacional. La recolonización de nuevos territorios permite ver con optimismo el futuro de la especie más perseguida por el hombre durante cientos de años.
Sin embargo, esta buena situación no está exenta de graves y complejas situaciones que hacen de la conservación del lobo uno de los mayores retos de la protección contemporánea de la naturaleza.
 
El Fapas ha sido el primer grupo conservacionista que ha roto un silencio que otros no se han atrevido a romper pese a que son muchos los especialistas y los naturalistas que conocen sobradamente que a falta de un buen plan de gestión de esta especie, varias Comunidades Autónomas poseen como único criterio el de matar todo lobo que se ponga a tiro de la guardería.
 
El concepto de «intocable» que desde el movimiento ecologista se ha otorgado al lobo retrasa o dificulta que las administraciones pongan en práctica planes de gestión y control científicos de la especie. Callando la boca y cerrando los ojos a las matanzas indiscriminadas que desde hace años se vienen produciendo en comunidades como Cantábria, Castilla-León, Galicia o incluso hasta en la propia Asturias.
Que hay que conservar al lobo, tampoco nadie lo duda, pero su expansión genera importantes conflictos a los que habrá que buscar con sentido racional una solución eficaz, asumiendo criterios en los que se valore científicamente donde el lobo debe habitar y en qué otros lugares, por carencia de condiciones ecológicas, debe ser controlados. Creemos que siempre es mejor aplicar un plan serio y riguroso que callarse la boca sabiendo que el único control que se hace en la actualidad con el lobo es pegarle un tiro.
 
EL LOBO EN LOS PICOS DE EUROPA.
 
El macizo calizo de Picos es en sí una unidad biogeográfica muy bien diferenciada» dentro de él se combinan una serie de ecosistemas de enorme importancia ecológica. Ocupado desde hace cientos de años por el hombre ha llegado hasta nuestros días con una estabilidad única, si lo comparamos con otras áreas montañosas de Europa. Podemos observar en los Picos dos áreas bien diferenciadas, la cara Sur y la cara Norte, divididas por las montañas que superan los 2.000 metros de altitud. Diríamos que la cara sur tiene un aspecto más salvaje, colindante a la Cordillera Cantábrica, ha soportado una menor actividad humana, conservando mejor sus bosques y por tanto ha sido capaz de mantener comunidades de animales silvestres de gran importancia como es el Oso pardo y el lobo.
Sin embargo, la cara norte ha sido ocupada desde tiempo inmemorial por el hombre que ha poblado con rebaños de ganado doméstico, eliminando gran parte de sus bosques y expulsando a los grandes animales carnívoros. Pero pese a esta diferencia con la parte sur, no podemos decir que se trate de un territorio desequilibrado, al contrario, la actividad humana generó un nuevo orden de equilibrio, creó pastizales que sustentan una rica población de animales domésticos y por tanto, dependiendo de ellos mantuvo a las aves carroñeras.
Desde un punto de vista de importancia ecológica no existen diferencias notables entre ambas zonas, las dos son un claro exponente de conservación de la naturaleza. La ocupación por parte del lobo de los territorios del norte de los Picos de Europa, no es una casualidad, ni una excepción, respecto a otras áreas. Su presencia se produce por lo que los técnicos denominan «»efecto masa»», es decir, las poblaciones más estables de lobos de la Cordillera Cantábrica producen ejemplares que se desplazan en busca de nuevos territorios.
El fenómeno de ocupación del lobo por esta causa hacia el Mar Cantábrico no es exclusivo de Picos. El occidente astur cuenta ya con presencia de estos cánidos casi hasta el mismo litoral costero. La cara norte de los Picos es un área por tanto que recibirá ejemplares de lobo que buscan nuevos territorios donde instalarse. La primera presencia data del verano de 1.986 en donde unos dos ejemplares procedentes de Cantábria dieron durante unos días, unas pasadas a los montes de Nedrina y Tajadura en el área oriental de los Picos.
 
EL DEBATE ECOLOGISTA.
 
Todo aumento de la población de una especie salvaje que se encuentra o encontraba amenazada, es recogida por el movimiento ecologista-conservacionista, con gran alegría e ilusión. Sin duda, es el resultado de muchos años de trabajo y esfuerzo de dedicación y lucha contra un sistema social que hasta hace muy pocos años ignoraba los importantes valores del medio ambiente.
La respuesta del lobo en España ha comenzado a superar esa etapa inicial de alegría para convertirse poco a poco en elemento de debate y discusión.
Dadas las características depredadoras del lobo, cuando éste penetra en territorios humanizados, su presencia es de forma inmediata motivo de enconados conflictos en donde el hombre en un intento de defender sus intereses comienza una dura batalla contra el lobo. Es por esta razón que en diversas zonas ibéricas, el conflicto por la presencia del lobo ha desembocado en una gran discusión, no exenta de riesgos para la naturaleza. Destacan conflictos como el surgido en el Valle de Carranza en el País Vasco, el propio de los Picos de Europa o el que está comenzando a surgir en Navarra.
El movimiento ecologista ha adoptado de forma generalizada una postura de defensa a ultranza del lobo, anteponiendo su presencia a cualquier otro interés económico, sea ganadero u de otra índole. Las organizaciones ecologistas mantienen para defender su criterio que todos los daños causados por los lobos deben ser. indemnizados por la Administración sea cual sea su importe o la cantidad de animales domésticos que maten.
Se trata de un criterio ultraconservacionista, que como decimos antepone la conservación del lobo a cualquier otro aspecto social.
Dentro del mismo seno ecologísta aunque más vinculados al trabajo directo en el campo, se encuentran aquellos que proponen la protección del lobo en aquellos territorios donde el equilibrio natural permite su existencia sin generar grandes conflictos con intereses humanos. Esta tesis se sostiene bajo criterio de que la Península Ibérica posee muchos y extensos territorios con excelentes cualidades ecológicas y donde el lobo, tras su ocupación puede alcanzar un status de población alto, lo que garantiza su total protección y conservación.
Aún así, la presencia del lobo puede aceptarse también en otras grandes áreas donde si bien, las condiciones ecológicas del territorio no son óptimas, los daños que causa a intereses ganaderos pueden ser compensados económicamente.
 
Estas áreas que denominaremos intermedias requerirán de trabajos de mejora del hábitat para dotarlos de las calidades ecológicas óptimas para el lobo. También pueden ser zonas den donde sea necesario ajustar la población lobera y por tanto a través de un riguroso estudio técnico, valorar la posibilidad de control de las poblaciones de lobos a través de métodos de captura adecuados, como pueden ser el control de camadas o la captura de adultos con trampas selectivas.
 
Por último, estarían aquellas zonas en la que aparece el lobo colonizando territorios intensamente ocupados por el ser humano y en donde falta por completo la población de animales silvestres de la que el lobo dependa para alimentarse. Es decir, para sobrevivir tendrá que capturar exclusivamente ganado doméstico.
En el primor de los ejemplos podríamos poner como territorio característico a Somiedo. Una zona intermedia en Asturias, podría ser Belmonte o Tineo y por último, el más claro ejemplo del tercer tipo, sería la cara norte de los Picos de Europa.
La discusión ecologista es más intensa en Picos por la circunstancia de que parte de este territorio sea Parque Nacional.
Los defensores de la naturaleza asturianos, reivindican la total protección del lobo por el hecho de ser un Parque Nacional. Pero ante esta situación surge aun con mayor fuerza la duda. ¿Cuales son las condiciones que deben prevalecer para conservar al lobo en un territorio, su calificación administrativa o su capacidad ecológica de sustentación?. ¿Quién tiene criterio para decidir sobre la presencia de la especie?. ¿Los ecologistas, la administración, los pastores, los científicos…? Nunca hasta ahora, en la historia moderna de la conservación de la naturaleza en España se había planteado un problema tan complejo.
 
EL CRITERIO DEL FAPAS.
 
Desde que en 1.982 comenzamos a trabajar en el tema de los buitres, sabíamos que su principal factor de riesgo era la utilización del veneno por parte de los pastores y la Administración para combatir al lobo. Por lo tanto para proteger a los buitres necesitábamos aprender mucho sobre temas del lobo y su relación con el mundo rural.
 
Durante siete años, el Fapas participó intensamente en un trabajo realizado en Somiedo para conocer todo lo posible sobre el lobo en su hábitat natural. Fueron miles de horas de trabajo en el campo, observando el comportamiento de los lobos, estudiando su biología o interpretando su organización social. A la vez, ya desde 1.986, hace 10 años, hemos estado pendientes de todos los problemas causados por el lobo en la zona norte de los Picos de Europa.
 
Creemos que tenemos por tanto una cierta base documental y de experiencia que debería orientarnos a tener un criterio claro de lo que es el lobo y lo que representa como especie silvestre en la naturaleza. El criterio del Fapas para con la conservación del lobo en general y en particular para áreas como la cara norte de los Picos de Europa o zonas similares en España es bien claro. Su total conservación en las áreas equilibradas. Su protección y gestión de la población lobera en aquellas áreas intermedias» siendo necesario que la Administración abone con prontitud los daños que el lobo causa. Y por último, en aquellas zonas, sea cual sea la calificación del territorio, si el lobo solo puede sobrevivir a costa de ganado doméstico, debe ser sometido a un control riguroso.
 
¿Qué es un control riguroso?. Gestionar sería decir el número de lobos que puede haber en un territorio. Control es eliminar al lobo. ¿Cómo?, con métodos técnicamente muy utilizados en otros países a través de la captura en vivo.
 
¿Controlar es exterminar?. No, ni mucho menos, el control es evitar que el lobo se asiente sobre un territorio que no deseamos que ocupe. En el caso de la cara norte de los Picos, el control tampoco es exterminar, pues periódicamente entrarán nuevos ejemplares de la zona sur o de los laterales a través del «efecto masa». Por tanto, el «control» del lobo en Picos supone que lo que no se va a permitir es que se asiente allí una población de lobos.
 
¿Por qué?. Hemos visto que en esta zona de Picos el único recurso al imenticio del lobo es capturar animales domésticos, principalmente ovejas. Sabemos por el estudio realizado en Somiedo que un grupo familiar compuesto por 4 – 6 lobos, necesita capturar al año para sobrevivir una media de presas que se sitúa en los 100 animales. Se trata de corzos, ciervos, ó jabalí principalmente. En los Picos estas especies son sustituidas por las ovejas. Sabemos por la experiencia de los últimos años que el lobo cuando ataca a las ovejas no mata solamente una, sino que aunque solo coma de una, mata varias. La media estimada de ovejas muertas por ataque de lobo se sitúa entre los 5 – 7 animales. Es decir, por cada animal silvestre que los lobos matan en Somiedo, en los Picos matan de 5 a 7 ovejas. Si un grupo familiar precisa de unas 100 piezas, es fácil estimar que un solo grupo familiar de lobos en los Picos causaría de 500 a 700 animales domésticos muertos.
 
Bien, ¿y qué?, que la Administración pague las ovejas muertas y dejemos a los lobos en paz. Podría ser esta nuestra conclusión. Pero si hacemos eso ¿se acaba el problema?. Quienes conozcan los Picos saben de sobra que una de las mayores actividades económicas del pastor es la fabricación de quesos. Si matamos ovejas ¿con qué hacemos el queso?. Que se vayan los pastores y se queden los lobos, alegan algunos, y decimos nosotros, si no hay pastores, no hay ganado y no habrá buitres y demás, si no hay ganado ¿de que comerán los lobos?. En realidad, esta exposición es un poco exagerada pero no está exenta de una cierta razón.
 
La presencia del lobo de forma estable en la cara norte de los Picos, generaría tal inestabilidad que se vendría abajo su actual estructura ecológica, modelada durante los últimos decenios a través de un uso tan peculiar e interesante como es el pastoril. Volver a generar en Picos una estabilidad ecológica que permita sobrevivir al lobo sin entrar en una clara confrontación con el hombre, sería cuestión de decenios de años de trabajo anulando los legítimos derechos de los habitantes de estas montañas, heredados durante cientos de años y que han dado lugar a toda una cultura excepcional que ha sabido, sin destruir, aprovecharse de la naturaleza.
La conservación o no del lobo en los Picos de Asturias es más que un criterio técnico o una decisión sabia de científicos, un ejercicio de poner en práctica el sentido común, evitando caer en el dramatismo demagógico de que evitar aquí su presencia, sea pretender el exterminio de la especie.
 
 
¿QUE HA HECHO EL FAPAS POR EL LOBO?.
Paralelamente al Proyecto Oso, en el Fapas pusimos en marcha el Proyecto Lobo que consistiría en aplicar el mismo sistema operativo de control y pago de daños que habíamos iniciado con los osos. Junto a ello, la campaña de sensibilización y divulgación de la necesidad de proteger al lobo.
Pronto nos dimos cuenta de que trabajar con el lobo no era lo mismo que con el oso. Cada vez que decíamos en el área rural de proteger a los lobos, creábamos un rechazo social importante e intuíamos qué podíamos provocar entre la gente del campo una reacción negativo que podía terminar en actos de ataques a la naturaleza.
Así que vimos la necesidad de cambiar de estrategia. Había que proteger al lobo pero sin grandes campañas de publicidad, el trabajo había que hacerlo sin llamar excesivamente la atención. Así que nos volcamos en luchar contra la estricnina, sin veneno en el monte dábamos al lobo una gran oportunidad de conservación.
Todavía en el año 1.985, en Asturias se vendieron dos kilos de estricnina distribuidos en pequeñas dosis de cuatro gramos. Se trataba de un producto que se distribuía en multitud sitios, farmacias, tiendas de pueblo, droguerías, era el conocido Topicida Huarte. No es exagerado decir que aun en esa época, cientos de ganaderos, pastores y agricultores utilizaban este terrible producto que, como sucede muchas veces, estaba totalmente prohibido utilizar.
¿Cómo eliminar la estricnina?. Era imposible un trabajo de vigilancia en el monte, así que decidimos ir directamente al fabricante, un laboratorio de Valencia que distribuía miles de lotes de veneno en España.
Buscamos la legislación sobre venenos e hicimos un informe que presentamos en la Administración en Madrid, denunciamos la comercialización del topicida y conseguimos que el laboratorio valenciano dejara de vender la estricnina, al mismo tiempo que se pudo retirar de los almacenes el stock del veneno que aún no se había vendido.

Se trató de un trabajo riguroso, callado y que sin duda cualquiera que tenga un mínimo de conocimiento sobre conservación de fauna puede hacerse una idea de la gran repercusión que esta actuación ha tenido para la protección de los animales salvajes.

Eliminando el veneno, hemos creído que la mejor estrategia para proteger al lobo ha sido precisamente no hablar de él, o como mucho generar en la sociedad una imagen alejada de la fiera salvaje y dañina que siempre ha tenido.

CONCLUSION.
El Fapas no ha modificado en lo más mínimo sus criterios de protección de especies en peligro. En el caso del lobo, nos hemos encontrado cómo a lo largo de los años se ha modificado su situación, pasando de ser una especie escasa y amenazada a abundante en ciertas áreas de España. Ello, lleva por una pura lógica estrategia de conservación a adoptar criterios que permitan continuar los trabajos de conservación.
El caso concreto del lobo es el primer ejemplo que se plantea en España de una especie que para su conservación se precisa poner en práctica medidas de regulación poblacional sin que ello pueda ser interpretado en modo alguno como una actividad perjudicial. Al contrario, estamos convencidos que quienes defienden a ultranza la presencia del lobo en cualquier tipo de territorio, lo hacen por carecer de la experiencia y conocimiento de la compleja ecología de este animal salvaje, convirtiéndose precisamente este criterio ultraconservacionista en un factor de riesgo que amenaza nuevamente su conservación en España.

 

 

AÑO 2004, UN AÑO DE CONFLICTOS

 

La conservación del lobo está generando graves enfrentamientos entre la conservación de esta especie y la defensa de los intereses de los ganaderos.

Ya a lo largo de estos últimos años el conflicto ha estado presente en varias áreas del norte cantábrico.

La expansión de la población de lobos hacia áreas con mayor actividad ganadera es el motivo de este conflicto, que de manera muy concreta ha afectado al Parque Nacional de los Picos de Europa.

 

En Junio, se acaba de producir uno de los mayores problemas, causados por un técnico de conservación del Parque Nacional que ha causado la muerte de una camada de lobeznos a golpes. Este hecho, insólito por tratarse de un Parque Nacional y  producirse sin ningún respaldo jurídico, ha llevado aún más al enfrentamiento entre los que promueven la conservación del lobo y entre los que desean su desaparición.
Lobo   transitando por el monte  con su presa en la boca.  SEGUIMIENTO DE LA POBLACIÓN

A través de la utilización de las cámaras fotográficas, el objetivo del FAPAS es demostrar que el lobo cumple una función de gran importancia en el control de otras especies que por su abundancia también son problemáticas. Es el caso del jabalí.

FAPAS   ya ha podido demostrar que conservando al lobo en territorios como el Parque Natural de Somiedo, la población de jabalí  se está estabilizando de manera natural, consiguiendo que esta especie cause menos daños en los cultivos.

Reivindicar el papel del lobo en la naturaleza como depredador y controlador de otras especies de la fauna silvestre, es actualmente nuestro principal objetivo. Ello garantizaría la necesidad de conservarlo y callaría muchas voces que piden  la muerte del lobo.

 

 

 

Más información en:– Cuaderno Quercus, nº 52
Distribución actual, incidencia sobre el ganado y relación con el hombre
Situación y problemática del lobo en España
(Por Juan Carlos Blanco, Luis Cuesta y Santiago Reig)

– Cuaderno Quercus, nº 139
Los Avatares de una población de 35 lobos esteparios.
El lobo en la llanura cerealista castellana
El lobo es un carnívoro extraordinariamente adaptado a sobrevivir en cualquier terreno y ocupa desde zonas montañosas poco accesibles hasta terrenos agrícolas altamente humanizados. En una de estas áreas cerealistas de Castilla y León se inició en 1985 un estudio para desentrañar la aparición y la expansión del lobo en la zona, el tamaño y la densidad de su población, los peligros a los que se enfrenta, el tipo de alimento que busca y los daños que pudiera causar al ganado. (Por Luis Mariano Barrientos)

– Cuaderno Quercus, nº 140
La predación del lobo sobre ungulados en Asturias
En este artículo se resumen ocho años de trabajo de campo dedicados a valorar las consecuencias que tiene la predación del lobo sobre las poblaciones de grandes ungulados, silvestres o domésticos, que constituyen sus presas. El autor  presta especial atención al ciervo, una especie que ha suplantado al corzo en las preferencias invernales del lobo, y al abundante ganado que pace en los pastizales de montaña. (Por Vincent Vignon)

© FAPAS

www.fapas.es

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